
¿Qué es el Cáncer de Tiroides?
El cáncer de tiroides se origina en la glándula tiroides, una glándula en forma de mariposa situada en la base del cuello que produce hormonas cruciales para el metabolismo, la frecuencia cardíaca, y la temperatura corporal. Aunque es menos común en comparación con otros tipos de cáncer, su incidencia ha aumentado en las últimas décadas, posiblemente debido a la mayor detección a través de imágenes médicas.
Tipos más comunes:
- Carcinoma papilar: Representa aproximadamente el 80% de los casos. Es un tipo de cáncer de crecimiento lento que a menudo afecta solo a un lóbulo de la tiroides. Tiene un buen pronóstico, con altas tasas de supervivencia.
- Carcinoma folicular: Constituye alrededor del 10% de los casos. Es más agresivo que el carcinoma papilar y puede diseminarse a través de los vasos sanguíneos a otras partes del cuerpo, como los pulmones y los huesos.
- Carcinoma medular: Este tipo es menos común, representando el 4% de los casos, y se origina en las células C de la tiroides que producen la hormona calcitonina. Puede ser esporádico o hereditario, como parte del síndrome de neoplasia endocrina múltiple (MEN).
- Carcinoma anaplásico: Es extremadamente raro, pero muy agresivo y difícil de tratar. Representa únicamente el 1% de los casos y suele diagnosticarse en etapas avanzadas.
- Carcinoma de células de Hürthle: La mayoría de los pacientes diagnosticados con carcinoma de células de Hürthle tienen un buen pronóstico, aunque este puede variar dependiendo de la extensión de la enfermedad al momento del diagnóstico.
- Carcinoma medular: Este tipo es menos común, representando el 4% de los casos, y se origina en las células C de la tiroides que producen la hormona calcitonina. Puede ser esporádico o hereditario, como parte del síndrome de neoplasia endocrina múltiple (MEN).
- Carcinoma anaplásico: Es extremadamente raro, pero muy agresivo y difícil de tratar. Representa únicamente el 1% de los casos y suele diagnosticarse en etapas avanzadas.
- Carcinoma de células de Hürthle: La mayoría de los pacientes diagnosticados con carcinoma de células de Hürthle tienen un buen pronóstico, aunque este puede variar dependiendo de la extensión de la enfermedad al momento del diagnóstico.
Estadísticas:
- México: Según el Global Cancer Observatory, la incidencia del cáncer de tiroides en México es de aproximadamente 7.9 casos por cada 100,000 habitantes. La tasa de mortalidad es baja, debido a que es más común encontrar la presentación de estirpes de buen pronóstico como el papilar o folicular.
- Latinoamérica: La incidencia varía en la región, siendo más alta en países como Costa Rica y Puerto Rico. En general, se estima que la incidencia es de 8.3 casos por cada 100,000 habitantes.
- Mundial: A nivel global, el cáncer de tiroides cuenta con una incidencia de 9.1 casos por cada 100,000 habitantes. Las tasas de incidencia son más altas en algunas partes de Asia.

Síntomas:
- Un bulto o nódulo en la parte frontal del cuello
- Tiroides agrandada o hinchazón en el cuello
- Dolor en la parte frontal del cuello que puede extenderse hacia los oídos
- Cambio en la voz o ronquera
- Problemas para respirar, especialmente la sensación de estar respirando por un popote
- Tos que no desaparece y no es causada por un resfriado
- Tos con sangre
- Problemas para tragar
Tratamientos:
- Cirugía: Es el tratamiento principal para el cáncer de tiroides. La tiroidectomía total (extirpación de toda la glándula tiroides) o la tiroidectomía parcial (extirpación de una parte de la glándula) se elige dependiendo del tamaño y la diseminación del cáncer.
- Terapia con yodo radiactivo: Después de la cirugía, se utiliza yodo radiactivo para destruir cualquier célula cancerosa restante y tratar posibles metástasis. Es más efectivo en los carcinomas papilares y foliculares.
- Terapia de reemplazo hormonal: Después de la tiroidectomía, se administra levotiroxina para reemplazar las hormonas tiroideas y suprimir la hormona estimulante de la tiroides (TSH), que podría estimular el crecimiento de células cancerosas residuales.
- Radioterapia externa: Se utiliza en casos donde el cáncer ha invadido estructuras no operables o cuando no responde a la terapia con yodo radiactivo.
- Terapias dirigidas: Los medicamentos de terapias dirigidas están diseñados para detener o ralentizar el crecimiento y la diseminación del cáncer a nivel celular. Son tratamientos comunes para el cáncer de tiroides avanzado, recurrente, metastásico o progresivo.
- Quimioterapia: Es rara vez utilizada, reservada principalmente para el carcinoma anaplásico o en situaciones donde otros tratamientos no son efectivos.